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Memoria SERIDA 2010

Detalle Actividad

Recolección del arándano

GARCÍA RUBIO, JC.

La recolección en Asturias, dependiendo de la altitud y la proximidad a la costa a la que se encuentren las plantaciones, puede iniciarse hacia mitad de junio con los cultivares más precoces, alargándose hasta final de septiembre con los más tardíos. El tiempo que transcurre desde la floración hasta la maduración de los frutos varía según los cultivares, pudiendo abarcar de 60 a 90 días en cultivares de la especie V. corymbosum, y de 80 a 120 en los de V. ashei (grupo “Rabbiteye”).

El periodo de maduración de los frutos es gradual. El inicio de la recolección, así como la forma de realizarla, dependen del destino de la fruta. Si se destina al mercado en fresco, el número de pasadas a realizar sobre una misma planta puede variar de 3 a 8. La recogida puede iniciarse cuando la planta tenga aproximadamente un 10%-15% de frutos maduros, o sea, totalmente azules. No obstante, lo más aconsejable es esperar unos 5 ó 6 días a partir de ese momento para hacer la primera recogida, ya que en este periodo de tiempo los frutos ganan muchos azúcares y aumentan su peso considerablemente. Los siguientes pases se irán realizando en cada planta, aproximadamente cada 7 días.

Los frutos se recogen manualmente uno a uno, no presionando con fuerza las bayas para no dañarlas, y se colocan directamente en los envases finales, que suelen ser barquetas de distintos modelos y tamaños. La selección se realiza directamente sobre la planta, controlando el estado de madurez, el tamaño, la ausencia de daños en los frutos, etc. Los frutos deben estar secos para su recolección. Siguiendo estos criterios se consigue un rendimiento medio por persona de 4 a 6 kg/hora.

Actualmente, se están realizando pruebas de recogida mecánica para fresco, pero de momento no hay muchos cultivares adaptados a este tipo de recolección, ni las máquinas están lo suficientemente desarrolladas.

Otro parámetro que determina el inicio de la recogida es el contenido en azúcares totales, que se mide en ºBrix, y cuyo nivel óptimo debe ser superior a 11 ºBrix.

Cuando la fruta se va a destinar a la industria transformadora, no es necesario que la recolección sea tan delicada. Por ello, se espera a tener la mayor parte de la fruta de la planta madura, realizando 1 ó 2 recogidas por planta como máximo.

Con recogida manual se pueden alcanzar rendimientos de 8 a 12 kg/hora, superiores a los indicados para el destino en fresco al no tener que seleccionar los frutos. Éstos se recogen directamente en cubos o en recipientes similares.

Se pueden usar también varios sistemas de recolección mecánica, aunque para ello es necesario tener en cuenta unas características fundamentales de los cultivares como su porte erecto, facilidad de desprendimiento del fruto, firmeza y tipo de cicatriz de éste, así como la maduración concentrada. Además, cuanto menor sea el número de pasadas se evitará el excesivo daño a los arbustos. Otro inconveniente de esta cosecha mecanizada radica en que, a diferencia de la manual, no es selectiva, aumentando el porcentaje de destrío al incorporar fruta sobre-madura, enferma o dañada por insectos.

Entre la maquinaria empleada destaca la cosechadora de varillas autopropulsada, que va a caballo sobre la línea de plantas y puede recoger de 1.000 a 2.000 kg/hora. Debido a su alto coste y tamaño están indicadas para grandes plantaciones, superiores a 25-30 ha, y con buena orografía.

También existen en el mercado unos vibradores manuales eléctricos con los que se pueden alcanzar unos rendimientos de 30 a 40 kg/hora y persona. Estas máquinas poseen unos dedos rotatorios con vibración vertical, horizontal o ambas. Los sistemas rotatorios dañan menos las plantas que los anteriores, pero son menos eficaces.

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