Resumen
 

El SERIDA ha llevado a cabo un extenso estudio sobre la caracterización de los recursos genéticos de vid del Principado de Asturias. Se realizaron prospecciones en viñedos antiguos de diversos concejos del suroccidente de Asturias, marcándose y recogiéndose muestras de 293 accesiones que se analizaron mediante loci microsatélite. A partir de los análisis genéticos realizados, se obtuvieron 42 genotipos diferentes. Se identificaron 27 variedades, 10 de las cuales no habían sido detectadas en estudios previos, y se detectaron una serie de homonimias para las variedades ‘Albarín Blanco’, ‘Chasselas Doré’ y ‘Palomino’ y sinonimias para ‘Albarín Blanco’, ‘Albarín Tinto’ y ‘Verdejo Tinto’. También, se encontraron ejemplares pertenecientes a 13 cultivares que no han podido ser identificados, o cuya identificación no ha podido ser confirmada. Asimismo, se ha llevado a cabo un estudio agronómico (fenología, fertilidad, vigor, producción y calidad de uva) de seis variedades (40 cepas/variedad), cuatro tintas (‘Albarín Tinto’, ‘Carrasquín’, ‘Mencía’ y ‘Verdejo Tinto’) y dos blancas (‘Albarín Blanco’ y ‘Godello’) acogidas a la denominación “Vino de Calidad de Cangas”, que ayudará a la elección correcta de las variedades en función de la zona de plantación.

Introducción

El cultivo de la vid en Asturias está documentado desde el siglo IX. En la actualidad, el viñedo se encuentra localizado en los valles del Navia y Narcea, aunque en el pasado también existía en los valles del Eo y San Pedro de Teverga, zona central de Asturias (Candamo, Las Regueras, Siero, Grado y Pravia) y en el concejo de Villaviciosa. A finales del siglo XIX los vinos asturianos habían alcanzado un notable reconocimiento por su calidad, como lo atestiguan las medallas obtenidas en las exposiciones celebradas en Francia y España. El cultivo de la vid llegó a ocupar en Asturias una superficie de 5.493 ha, pero distintos motivos, como la plaga de la filoxera, el desarrollo de la minería o la migración de la población rural a las ciudades, contribuyeron a reducir la extensión de la vid hasta las 123 ha registradas actualmente, de las que 32 ha están acogidas a la denominación “Vino de Calidad de Cangas”. Esta drástica reducción de la superficie de viñedo en Asturias, hace suponer que se haya producido una importante pérdida de recursos genéticos y que las variedades que han permanecido sean autóctonas y/o estén muy adaptadas a las condiciones climáticas de la zona.

En los últimos años, se ha iniciado un proceso de reestructuración del viñedo asturiano, produciéndose el arranque de los viñedos antiguos para su sustitución con variedades acogidas al reglamento de la denominación “Vino de Calidad de Cangas”. Este proceso está originando una pérdida de diversidad genética.

Por otro lado, la Resolución OIV/VITI 424/2010 considera la necesidad imperiosa de proteger a escala mundial el patrimonio inestimable que representan las variedades y especies de vid ante los riesgos cada vez más urgentes de erosión genética y, por ello, recomienda a los países miembros emprender con urgencia amplias campañas de prospección e identificación de material salvaje y cultivado. Con este fin, se está desarrollando en el SERIDA un proyecto de investigación titulado “Prospección, caracterización y recolección de recursos fitogenéticos de vid (Vitis vinifera L ssp. sativa y sylvestris) del Principado de Asturias” (RF08-00019-C02-01), cuyos objetivos son la prospección, localización y marcaje de ejemplares de variedades de vid cultivada y silvestre (Vitis vinifera L. ssp. sativa y sylvestris), su descripción ampelográfica y ampelométrica y la caracterización molecular de los materiales marcados. De este modo, se conservarán en banco de germoplasma los recursos genéticos de vid existentes en Asturias antes de su total desaparición.

Viñedo en el sur-occidente asturiano. © Paula Moreno Sanz. SERIDA.

Objetivos y Resultados

En este trabajo se abordaron dos objetivos principales, por un lado, se llevó a cabo la localización e identificación de los recursos genéticos de vid de Asturias y, por otro, la evaluación agronómica de variedades acogidas a la denominación “Vino de Calidad de Cangas”.

La correcta identificación varietal permite garantizar productos de calidad, evitar fraudes y cumplir la normativa y los reglamentos relativos a la utilización de las variedades de las diferentes zonas vitícolas. Se estudió la variabilidad genética de la vid en Asturias, recogiéndose 293 accesiones en viñedos antiguos y realizando su identificación molecular mediante nueve marcadores microsatélite (VVS2, VVMD5, VVMD7, VVMD27, VrZAG62, VrZAG79, VVMD28, VrZAG67 y VrZAG112). Se obtuvieron 42 genotipos diferentes, entre ellos seis perfiles con variaciones alélicas. Mediante comparación de los genotipos obtenidos con las bases de datos nacionales e internacionales, se identificaron 27 variedades diferentes, 10 de ellas no encontradas anteriormente en Asturias (‘Cardinal’, ‘De José Blanco’, ‘Doña Blanca’, ‘Furmint’, ‘Godello’, ‘Italia’, ‘Lairén’, ‘Morenillo II’, ‘Petit Bouschet’ y ‘Roseti’) y, además, se localizaron 13 cultivares desconocidos o cuya identificación no fue concluyente.

Por otro lado, se detectaron homonimias (variedades distintas que reciben el mismo nombre) para las siguientes variedades: ‘Albarín Blanco’ (‘Godello’ y ‘Savagnin Blanc’), ‘Chasselas Doré’ (‘Albillo’) y ‘Palomino’ (‘Pedro Jiménez’). También, se encontraron sinonimias (la misma variedad recibe diferentes nombres en distintos lugares) para las variedades: ‘Albarín Blanco’ (‘Blanco Verdín’ y ‘Blanca del País’), ‘Albarín Tinto’ (‘Albarín Negrín’, ‘Albarín Francés’, ‘Albarinón’ y ‘Tinto Serodo’) y ‘Verdejo Tinto’ (‘Verdello Tinto’ y ‘Merenzao’).

Las variedades localizadas se describieron, durante dos años consecutivos, mediante 64 descriptores ampelográficos propuestos por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV). En la figura 1, se recoge la ficha de la variedad Albarín Blanco.

Figura 1. Ficha varietal de la variedad ‘Albarín Blanco’. © SERIDA

La evaluación agronómica de variedades acogidas a la denominación “Vino de Calidad de Cangas”, se realizó a lo largo de los años 2008 y 2009. Se evaluaron cuatro variedades tintas (‘Albarín Tinto’, ‘Carrasquín’, ‘Mencía’ y ‘Verdejo Tinto’) y dos blancas (‘Albarín Blanco’ y ‘Godello’), describiendo sus estados fenológicos, parámetros de fertilidad, vigor y producción y las variables relacionadas con la calidad de la uva.

El periodo de brotación (desborre) se produjo entre finales de marzo y principios de abril, siendo las variedades ‘Verdejo Tinto’ y ‘Albarín Blanco’ las más precoces; en consecuencia, estos cultivares son más susceptibles a las heladas de principios de primavera. Por otro lado, conviene resaltar que la floración tuvo lugar a mediados de junio, el envero a finales de agosto, la vendimia en octubre y la caída de la hoja a finales de noviembre. La variedad ‘Carrasquín’ fue siempre la última en vendimiarse, entre 10 y 15 días después del resto de variedades, y ‘Godello’ presentó un comportamiento irregular. Los cultivares de ciclo más corto fueron ‘Albarín Tinto’ y ‘Mencía’, mientras que la variedad con el ciclo más largo fue ‘Albarín Blanco’. La más productiva fue ‘Mencía’ que, también, presentó los racimos más pesados. En cuanto a la fertilidad, conviene señalar que los pámpanos, procedentes tanto de pulgares como de yemas casqueras o de chupones, fueron fructíferos en todas las variedades. El cultivar ‘Albarín Tinto’ mostró la mayor fertilidad de pulgares y de yemas basales.

En relación con los parámetros de calidad estudiados (azúcares, ácidos, pH, acidez total, grado alcohólico probable y peso de 100 bayas), hay que destacar que las seis variedades presentaron un grado alcohólico probable adecuado para la elaboración de los vinos acogidos a la denominación “Vino de Calidad de Cangas”. ‘Verdejo Tinto’ fue la variedad con mayor grado potencial y, junto con ‘Mencía’, presentó los valores más bajos de acidez total. Por el contrario, los cultivares tintos, ‘Albarín Tinto’ y ‘Carrasquín’ y la variedad blanca ‘Albarín Blanco’, presentaron los mayores valores de acidez.

La realización de un análisis estadístico multivariante, con el fin de diferenciar las variedades estudiadas, permitió seleccionar 10 variables como las más discriminantes (peso medio del racimo procedente de brotes de la corona, fechas de vendimia y de caída de la hoja, producción total/cepa, peso de madera de poda/cepa, peso de 100 bayas, º Brix, y los ácidos tartárico, málico y siquímico), y puso de manifiesto que las dos primeras funciones discriminantes computadas son capaces de diferenciar los cultivares analizados (Gráfico 1), resultando que las variables con más peso en dichas funciones fueron el ácido siquímico (primera función discriminante, 2,699) y la fecha de vendimia (segunda función discriminante, -1,589).

Gráfico 1. Proyección de los cultivares de vid estudiados en el plano formado por las dos primeras funciones discriminantes. © SERIDA

Conclusiones

- Este trabajo proporciona una visión general de la situación de los recursos genéticos de la vid en el Principado de Asturias, siendo uno de los más importantes de los realizados sobre el viñedo asturiano.

- A pesar de la sustancial erosión genética que el viñedo en Asturias ha experimentado durante años, se ha detectado una variabilidad mayor de la esperada. Este hecho es de gran importancia debido al empobrecimiento genético que ha experimentado esta especie en el último siglo a nivel mundial.

Nota

Este trabajo forma parte de la tesis doctoral titulada “Caracterización de los recursos fitogenéticos de vid (Vitis vinifera L.) del Principado de Asturias” defendida en la Universidad de Córdoba en junio de 2011.