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Nuevo escenario para la producción de arándano en Asturias

JUAN CARLOS GARCÍA RUBIO. Área de Experimentación y Demostración Agroforestal. jcgarcia@serida.org
GUILLERMO GARCÍA GONZÁLEZ DE LENA. Área de Experimentación y Demostración Agroforestal. ggarcia@serida.org
MARTA CIORDIA ARA. Área de Cultivos Hortofrutícolas y Forestales. Programa Forestal. mciordia@serida.org

Figura 1. Nueva plantación de arándanos en su primer año.

 

Introducción

El arándano está experimentado un espectacular crecimiento a nivel mundial en los últimos 20 años, tanto en el campo de la producción como en el del consumo.

Si bien este cultivo se inició en Norteamérica, actualmente el arándano se está expandiendo por nuevas áreas geográficas tanto del hemisferio norte como del hemisferio sur, abarcando diversas climatologías, desde zonas frías y húmedas hasta secas y cálidas. En estas últimas, destacan países como México, Perú, Marruecos o Sudáfrica, en los que el arándano era totalmente inexistente hace dos décadas.Esta nueva situación ha sido posible gracias a la llegada de soluciones para los tres obstáculos principales a los que se enfrentaba este cultivo para su desarrollo a nivel global: el climático, el edáfico y la calidad del agua de riego.

El clima representaba, hasta ahora, un hándicap muy importante, dado que solo existían variedades con requerimiento de altas y medias necesidades de reposo invernal (horas frío). Sin embargo, la mejora genética ha hecho posible la creación de nuevas variedades con necesidades muy bajas en horas frío, incluso de cero horas frío, que se adaptan perfectamente para su cultivo en latitudes muy bajas, como es el caso, por ejemplo, de Perú, Ecuador o Sudáfrica.

El cultivo del arándano requiere suelos con un pH ácido, ligeros y buen drenaje. La posibilidad de cultivar en suelos no aptos se ha resuelto con el desarrollo del cultivo en sustrato fuera de suelo. Hoy día existen en todo el mundo miles de hectáreas de arándano con este sistema de cultivo.

La calidad del agua en el riego del arándano es otro factor clave de su cultivo, ya que no tolera bien la salinidad ni el exceso de algunos iones específicos, situación que daría valores elevados de la conductividad eléctrica (CE), que es el indicador que permite conocer la salinidad del agua que se está empleando. La implementación de equipos de ósmosis inversa, o proceso mediante el cual los iones disueltos se eliminan del agua, permitirían disminuir la CE. No obstante, el empleo de esta herramienta difícilmente podría ser viable económicamente en la actualidad.

Gracias a la aparición de estas nuevas variedades y técnicas de cultivo, el sector ha experimentado cambios muy relevantes en todas las etapas de la cadena de valor, desde el campo a la comercialización, pero de forma muy significativa en la producción y, específicamente, en la presencia estacional del producto.

Hasta hace poco más de una década, el arándano era un fruto de temporada, con nichos de mercado muy concretos sin apenas oferta y, por lo tanto, precios muy elevados, como ocurría en los meses de septiembre y octubre. No obstante, hoy en día ya se puede afirmar que la temporada natural del arándano se ha alargado y está presente en la mayoría de los supermercados los 12 meses del año, manteniendo un precio estable como ocurre con la mayoría de las frutas más consumidas (naranjas, manzanas, plátanos, peras, …). Además, la mejora en la logística de transporte y la conservación de los frutos permite encontrar arándanos frescos en cualquier supermercado durante todo el año y en cualquier parte del mundo.
 

Nuevo retos para la expansión del arándano en Asturias

En Asturias, el nuevo escenario productivo mundial obliga a plantear los siguientes desafíos en el cultivo:

  1. Replanteamiento de las fechas de cosecha más interesantes.
  2. Recambio varietal.
  3. Control de riesgos climáticos y mejora de la calidad del fruto.
  4. Minimizar el periodo improductivo y maximizar la productividad.

Replanteamiento de las fechas de cosecha más interesantes

La expansión del cultivo del arándano en Asturias se inició, de manera importante, hace algo más de 15 años. En aquel momento se apostaba, principalmente, por variedades de cosecha muy tardía (septiembre-octubre), ya que era el periodo estacional en el que se conseguían los mejores precios en el mercado. Actualmente, la situación ha dado un giro radical al entrar en juego nuevas zonas de producción, previamente mencionadas, y con producciones de fruta de muy superior calidad.

Entre las variedades tardías de nueva genética que se recomendaban en aquellos años destacan ‘Aurora’, variedad de tipo Highbush seleccionada por su productividad y fruto de tamaño grande, pero de sabor bastante ácido por lo que la mayoría de mercados no la aceptan, sobre todo cuando hay opciones de mayor calidad; y ‘Ochlockonee’, variedad de tipo Rabitteye, muy tardía, muy productiva, pero con fruto de poca calidad principalmente por su bajo calibre para las exigencias del mercado actual.

La rentabilidad de estas explotaciones se ha visto seriamente comprometida con la llegada al mercado, en las mismas fechas, de fruta de mayor calidad y a precios muy competitivos.

En septiembre y octubre nuestra competencia vendría marcada principalmente por países del hemisferio sur como Perú, Argentina o Sudáfrica, y del hemisferio norte como México. En los meses de inicio del verano la oferta ya es inexistente, por lo que estos dos meses, junio y julio, supondrían una de las mejores ventanas productivas para nuestra región.

Por otra parte, la producción de arándanos en el hemisferio norte en los meses de junio y julio tampoco es elevada, ya que las producciones de invierno-primavera, tanto de Marruecos como de España (Huelva), finalizan en junio. Desde esta fecha, hasta finales de julio, este nicho de mercado de principios de verano está mucho menos cubierto, ya que las principales producciones proceden del centro-norte de Portugal, norte de España, Croacia, Serbia, Rumania y Georgia principalmente, este último enfocado mayoritariamente al mercado ruso. Aun siendo varios países, el sumatorio de su producción en este periodo representa una menor oferta que la de los países más al norte, como Polonia, Ucrania, Alemania, Holanda etc., que centran su cosecha desde mitad de julio a septiembre.

Este panorama productivo favorece, actualmente, que los mejores precios de mercado se alcancen desde finales de mayo a finales de julio.

A la ventaja económica marcada por el mayor precio de la fruta en este periodo, hay que añadir otras dos más. Por una parte, al producir en estos meses, la inversión económica puede reducirse al no ser tan imprescindible la cubierta para la lluvia. No obstante, resulta aconsejable cubrir, al menos una parte de la superficie ocupada por las variedades que producen en esta fecha, para mejorar la logística de la recogida y asegurar la calidad de la fruta. Y, por otra parte, en junio-julio la calidad del fruto no se ve comprometida por la Drosophila suzukii, principal plaga del arándano hoy día en nuestra región, ya que el impacto negativo de esta especie invasora ocurre, hasta ahora, principalmente a partir de agosto.

Figura 2. Variedad de cosecha temprana Alixblue.

 Recambio varietal

Muchas de las variedades que conforman las plantaciones asturianas realizadas desde el año 2000 tienen, a día de hoy, serias dificultades de producción y, sobre todo, de calidad de fruto, lo que genera problemas en la comercialización.

En un escenario de demanda creciente de arándanos y con mayores exigencias del mercado en cuanto a calidad del fruto se refiere, la mayoría de las variedades cultivadas actualmente están sufriendo un rechazo, tanto por la distribución como por el consumidor final. Estos problemas en la comercialización vienen dados por dos cuestiones principales, la textura del fruto en algunos casos y, la alta acidez en otros.

En consecuencia, resulta imprescindible una renovación varietal del cultivo, sobre todo para la época de cosecha en media estación y tardía.

Actualmente, existen nuevas variedades en el mercado con gran potencial productivo y de calidad de fruto, tanto de la especie Vaccinium corymbosum, también conocida comúnmente como Highbush del Norte y tradicionalmente mejor adaptada a nuestro tipo de cultivo al aire libre, como variedades híbridas (V. corymbosum x V. darrowi) o Highbush del Sur, con una mejor calidad de fruto que las anteriores, pero más apropiadas para cultivo protegido.
 

Control de riesgos climáticos y mejora de la calidad del fruto

A la hora de cultivar arándanos en nuestra región debemos tener presente las peculiaridades climáticas.

La climatología asturiana, en la mayoría de los años, destaca por los elevados valores de la humedad relativa durante la primavera-verano y por las lluvias frecuentes durante la cosecha que dificultan la logística del personal en el cultivo al aire libre. A esta climatología adversa, que ocasiona serios problemas incidiendo negativamente sobre la producción y la calidad organoléptica del fruto, hay que añadir la presencia de la plaga D. suzukii, que aproximadamente a partir del ecuador del verano, incide también negativamente en el éxito del cultivo. Por ello, es evidente la necesidad de buscar soluciones que contribuyan a minimizar las pérdidas económicas.

Desde el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario del Principado de Asturias (SERIDA) se lleva años recomendando a los agricultores que, para poder afrontar este cultivo con garantías, reduciendo los riesgos generados por fenómenos meteorológicos adversos (precipitaciones, alta humedad, granizo cada vez más frecuente, etc.), así como para mejorar las condiciones sanitarias del cultivo, con atención especial al problema de la D. suzukii, es aconsejable cubrir los cultivos con estructuras ligeras, a modo de paraguas. La colocación de estas coberturas debe realizarse, principalmente, durante el periodo de cosecha, siendo imprescindible su uso para las variedades tardías, de producción desde finales de julio en adelante.

En las campañas de los años 2017 y 2018, posiblemente las peores desde el año 2000, con lluvias fuertes y continuadas, temperaturas muy bajas y muy pocos días de sol durante toda la primavera-verano, los escasos productores que tenían cobertura en sus explotaciones pudieron salvar la cosecha. Por el contrario, el resto no sólo la perdió prácticamente toda, debido mayormente a la elevada incidencia de plagas y enfermedades, sino que la calidad de los escasos frutos recolectados fue bajísima.

Esto ha hecho al sector tomar conciencia de la importancia de la instalación de estas cubiertas, que cada vez son más habituales en las explotaciones profesionales asturianas, principalmente para producciones de cosecha tardía.

Además de ganar en seguridad y calidad de fruto para las variedades tradicionales de zonas frías y húmedas, como las que se cultivan en toda la cornisa cantábrica, el uso de estas cubiertas amplía en gran medida el catálogo de variedades que sería posible cultivar en nuestra región, añadiendo a la lista algunas híbridas, o de media y bajas necesidades en horas frío, como las ya mencionadas. Estas nuevas variedades, que debido a su precocidad en floración y menor tolerancia al frio invernal deben cultivarse necesariamente bajo cubierta, es decir, desde floración a final de cosecha, poseen una mayor productividad y una mayor calidad de fruto, entendiendo como tal el tamaño, textura y dulzor. 
 

Figura 3. Cultivo de arándanos protegido bajo túnel tipo minicapilla.
 

Minimizar el periodo improductivo y maximizar la productividad

 

El ajuste y bajada de precios al agricultor, unido a la subida de todos los costes de producción, obligan a optimizar las técnicas agronómicas para recoger la primera cosecha antes de los tres años de cultivo establecidos.

Hoy día, a la hora de realizar una nueva plantación de arándano es totalmente imprescindible, para conseguir un buen desarrollo del cultivo, realizar todas las labores de preparación del suelo con la mayor precisión y rigor posibles, tanto para la parte física como la que se refiere a la fertilidad del suelo. También es una exigencia utilizar la máxima calidad de planta posible, ya que de ello dependerá la rápida y abundante entrada en producción.

Por otro lado, muchos suelos son poco o nada aptos para el cultivo del arándano, por las exigencias que requiere. El “cultivo fuera de suelo” o en “contenedor” permite solventar estos problemas estableciendo el cultivo en cualquier tipo de suelo, incluso en superficies sin suelo vegetal o con problemas fitosanitarios.

El cultivo sobre sustrato en contenedor es una técnica emergente cada vez más utilizada para la producción de arándano a nivel mundial y se está extendiendo a todos los berries. Aunque, si bien es cierto que precisa de una mayor inversión por superficie, también loes que la misma se recupera de una manera más rápida.

El cultivo del arándano en contenedor se basa en un sustrato preparado a la carta para cada especie, variedad o tipo de clima, que utiliza principalmente fibra de coco, turba, corteza pino y perlita, en distintas mezclas y proporciones, según cada caso.

Cultivo en sustrato

Estos sustratos poseen una alta porosidad que proporciona mucha oxigenación al sistema radicular, lo que, unido a la fertirrigación ajustada a cada caso, se traduce en un mayor y más rápido crecimiento y producción. Si, además, consideramos la alta densidad de plantación que se utiliza, entre 8.000-10.000 plantas/ha, que se traduce en un aumento de las producciones por unidad de superficie, la reducción del periodo improductivo con posibilidad de acortar a la mitad el tiempo de espera para la entrada y plena producción de las plantas, este sistema productivo cobra especial interés.

A modo de ejemplo, el cultivo en contenedor de variedades híbridas permite obtener producciones de 1-3 kg/planta, según variedades, al año siguiente de plantación.

El Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario de Asturias (SERIDA) ha iniciado un ensayo con una representación de estas nuevas variedades a fin de evaluar su comportamiento productivo, fitosanitario y calidad de fruto. Se han incluido variedades del tipo Highbush del Sur, como ‘Alixblue’, ‘New Hanover’, ‘Miss Alice’ o ‘Camellia’, de bajas y medias necesidades en horas frío, gran calidad de fruto y con inicio de la cosecha a finales de mayo, pero recomendadas para cultivo bajo plástico, variedades del tipo V. corymbosum como ‘Megasblue’ y ‘Titanium’, para cosecha en media estación; así como ‘Velluto Blue’, variedad muy tardía y de buena calidad de fruto, del grupo de arándanos conocidos como Rabbiteye (V. ashei).

Figura 4. Variedad Camelia, en cultivo en sustrato  y bajo túnel tipo minicapilla, al año siguiente de plantación.
Ficha Bibliográfica
TítuloNuevo escenario para la producción de arándano en Asturias
Autor/esJUAN CARLOS GARCÍA RUBIO. Área de Experimentación y Demostración Agroforestal. jcgarcia@serida.org
GUILLERMO GARCÍA GONZÁLEZ DE LENA. Área de Experimentación y Demostración Agroforestal. ggarcia@serida.org
MARTA CIORDIA ARA. Área de Cultivos Hortofrutícolas y Forestales. Programa Forestal. mciordia@serida.org
Año Publicación2022
Área

Programa Forestal.

Revista/SerieTecnología Agroalimentaria. Boletín del SERIDA.
ReferenciaNº27. Pags. 18-23
Formato
Depósito Legal2.617/1995
ISSN1135-6030
ISBN
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