Resultado Proyecto

Diversificación de la producción ganadera extensiva para la mejora de la eficiencia en la gestión del monte cantábrico mediante sistemas silvopastorales

Referencia: RTA2014-00087-00-00. Organismo financiador: Ministerio de Economía y Competitividad. Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA). Cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). Importe: 183.000 €. Duración: 2015-2018.

Equipo investigador

Rafael Celaya Aguirre. SERIDA
Koldo Osoro Otaduy. SERIDA
Urcesino García Prieto. SERIDA
Miguel Antonio Machado Rodrigues. Universidad de Tras-os-Montes e Alto Douro (Portugal)
Luis Miguel Mendes Ferreira. Universidad de Tras-os-Montes e Alto Douro (Portugal)

Avance de resultados

Se evaluaron distintos sistemas silvopastorales en el monte asturiano: plantaciones forestales con frondosas y/o coníferas en brezales-tojales con pastoreo mixto de ovino y caprino, y la producción de porcino ibérico integrando prados, cultivos y bosques de frondosas.

Plantaciones de abedul y pino con pequeños rumiantes

Las cabras obtuvieron variaciones de peso vivo (PV) y condición corporal (CC, escala 1-5) más favorables que las ovejas (18 vs. -10 g/día; 0,09 vs. -0,37 puntos CC; P<0,001), sin que hubiera efectos del tipo de plantación (abedul, pino o mixto). La carga no afectó a las variaciones de PV, pero sí a las variaciones de CC (-0,08 a carga baja vs. -0,20 alta; P<0,05; Tabla 1).

Tabla 1. Variaciones de peso vivo (PV) y condición corporal (CC) de ovejas y cabras manejadas a dos cargas ganaderas (alta: 10 cabezas/ha; baja: 6,7 cabezas/ha) en plantaciones forestales sobre brezal-tojal (medias de 9 parcelas por tratamiento × 2 años).

Los protectores contra el ramoneo (tubos entutorados de plástico microperforado) fueron poco eficaces. Los porcentajes de plantones indemnes al final del estudio eran 8%, 30% y 90% a carga alta (10 cabezas/ha), baja (6,7 cabezas/ha) y sin pastoreo, respectivamente (P<0,001). Los abedules en general crecieron más en altura que los pinos, pero no en grosor del tallo.
Tras el desbroce inicial del brezal-tojal, la cobertura de especies leñosas se incrementó más en las parcelas no pastadas que en las pastadas. En los tres muestreos anuales realizados se encontraron un total de 62 especies de plantas vasculares. La densidad específica por muestra (25 m2) se incrementó más en las parcelas pastadas respecto a las de control.

Producción de porcino

El manejo de la piara en el monte (brezal-robledal), tras una estabulación restringida en invierno para la paridera, permitió suministrar cerdos de un año con PV en torno a 150 kg para su cebo en otoño-invierno. Las ganancias pre-cebo aumentaron cuando los cerdos aprovecharon superficies cultivadas de patata, remolacha y maíz junto con prados. Los tratamientos de cebo consistieron en 100% pienso (P), 25% de castaña más pienso (C25), 50% de castaña más pienso (C50), 100% de castaña (C100) y suplementación con pienso en montanera (M). El cebo en montanera produjo menores rendimientos individuales que en estabulación. La suplementación con castañas no mejoró los rendimientos respecto a la alimentación con concentrados. El peso medio de la canal fue mayor en P (146 kg) que en C100 (124 kg), siendo intermedio en los demás tratamientos. La cobertura de grasa subcutánea resultó mayor en P100 y M respecto a C25 y C100 (4,88 vs. 3,19 cm; P<0,01), mientras que el peso del solomillo resultó muy superior en P y M respecto a los tratamientos con castañas (645 vs. 352 g; P<0,001).

La calidad de la carne no se vio muy afectada por los tratamientos de cebo, aunque sí se observaron diferencias en el perfil lipídico. Los ácidos grasos monoinsaturados presentaron menores concentraciones relativas en M (43,7%), intermedias en P (48,0%) y mayores en los tratamientos con castañas (49,2-50,8%; P<0,001), siendo los porcentajes de poliinsaturados mayores en M (21,6%), intermedias en P (16,8%) y menores en C25, C50 y C100 (14,4-15,8%; P<0,01). La relación n-6/n-3 resultó menor en M (10,1) que en los tratamientos estabulados (13,4-15,7; P<0,01; Figura 1). Por tanto, a pesar de superarse los valores recomendados para una composición grasa saludable (n-6/n-3 en torno a 4), el tratamiento de montanera resultó en mejores valores, lo que parece relacionarse con un menor consumo de pienso concentrado. En cambio, la suplementación con castañas (25, 50 ó 100%) no parece mejorar significativamente el perfil lipídico de la grasa intramuscular respecto a la suplementación con pienso.

Figura 1.- Composición de ácidos grasos y relación n-6/n-3 en solomillos de cerdos alimentados en distintos tratamientos de cebo.

En el experimento de validación de marcadores fecales (alcanos y alcoholes de cadena larga) para estimar el porcentaje de castañas en la dieta del porcino, se obtuvieron concentraciones muy bajas de ambos tipos de marcadores, tanto en castaña como en el componente “verde” (remolacha). Aun así, la combinación adecuada de determinadas moléculas, establecida mediante análisis discriminante, resultó en estimaciones bastante precisas de la composición de dieta (índices de similitud de 87-92% entre conocida y estimada).